Vito & Acid Lemon - Nido de caranchos

Letra de Nido de caranchos

Estaba en mí el amor, como el dolor me temo,
como el mate amargo, el trago eterno.
Haré correr el agua hasta que sea invierno,
no dejaré que hierva y llenaré el termo.

Me propuse hacer un viaje, una excursión,
no hay excusa, abusa de mí la pasión.
En cada canción guardé un fragmento
y ahora sigo el tempo, rápido o lento.

«Sin templo, ni Dios, ni empresa: vas a perder la cabeza».
¡Y que seas tú quién lo dice medusa!
Dejándome de piedra,
haciendo que me esconda tras la hiedra.

Bailan serpientes bajo la blusa,
lo entendí: el mundo no acaba ni empieza en mí.
Y esa es la única verdad para ser feliz,
no necesito más, yo lo quise así.

En el espejo estabas tú:
sacándome la lengua, poniendo caras.
Y yo siempre pintado del mismo azul,
acuchillando el tiempo con esta cuchara.

El que nos une y el que nos separa,
el que presume de manera ufana
O el que se pierde cuando se muerde una manzana
y no es de pecado que está envenenada.

¿Quieres probarla?
yo tengo un almacén.
La historia que te cuento sé que suena rara,
por suerte la tuya también

No tenías para el taxi, seguiste a pie,
perdiste el autobús, te subiste a un tren
Apagaste la luz y me viste bien
has liberado al último rehén.

Te idealicé como agua en el desierto,
lo fácil era echar la culpa al café
O a la sed que tenemos todos de estar en lo cierto,
con esta manía de hablar a la vez.

Qué poco se puede escuchar de lo que dice el alma,
la mía está dispuesta a luchar sin levantarse en armas.
Para despegar voy a desarmarme,
para despertar sin dejar sonar la alarma.

Dejaré un rastro de más de mil migas de pan
hasta que al fin el marfil arda
Y entre mis manos se acueste este huracán
de mobiliario y emociones en volandas

Que arranca tejados y los levanta al cielo,
yo desde abajo me despido agitando un pañuelo.
En un andén o un embarcadero yo te escribo,
desafinado sobrevivo en un loco bolero.

Rebelado, revelando negativos,
te he velado, como al tiempo que he perdido
entelado, en tela de juicio y fugitivo,
sin piedad, de la libertad cautivo.

En este imaginario colectivo, sabes bien
que hay un recuerdo para cada olvido.
El mío tenía un patio y también olivos,
en la cabeza algún carancho y varios motivos…

¿Subes al nido?
no puedo oírte bien.
La canción que silba me sirve de abrigo,
ojalá que la mía también.

No tenía para un taxi, anduve a pie
mientras dejaba semillas en un jardín zen.
Me pasaron por encima, como pasa un tren,
las viejas melodías, los días también.