TONE - 110 Herzios

Producido por: TONE

Letra de 110 Herzios

Salió arrastrándose de aquella charca,
encontró la cueva, la otra llave, la otra táctica,
como golpecitos con cariño en el coño, golpecitos con el dedo en el touchpad,
aprendió a llevar al animal una y otra vez a la marca,
57 octavas,
desplazamiento del peso a la interfaz humana,
he vuelto a mirar en el fondo de esa fosa y ya no queda nada,
como un axioma, soltar la pipa encima de la mesa, cerrar la boca, dejar que acabe y bajar la mirada,
detrás de la colina, vio que la luz se volvía de ámbar,
y siguió andando un poco más hacia el vacío como un fantasma,
fuera del ánfora, empezó a dormir sobre su espalda,
sonrió por dentro al darse cuenta del alcance del arma,
no fue posible completar el proceso,
el primer warning te deja tieso,
y tienes que deshacerlo, salir ileso,
porque lo comprendí todo de golpe justo cuando intentaba de compensar el retroceso,
y ahora solo intento dejar de pensar en eso,
míralo, ni siquiera te conoce,
después de haberte visto en el espejo tantas veces,
se gira como el chófer,
sigo esperando en las 3 cruces,
jefe, en el margen de los 110 herzios,
en los múltiplos de doce,
gloria domine hasta que reviente bajo la muela,
y ya nunca más dejó de empujar esa maldita rueda,
una forma rápida y eficaz de cerrar la fontanela,
sin dejar de tejer la red en la que al final muere por que se enreda,
aquella primavera en Sarajevo viendo secar la hierba,
no puede ser un error ni un recuerdo, no puede ser esa mierda,
ni el sabor del cianuro al tocar la lengua,
una especie de himno para los boppers salido de una fabrica belga,
la ubicación del muelle y su contagio como una epidemia,
la sensación de estar muy lejos del motivo cuando salte la liebre,
cuando los perros corran detrás de ella,
el difunto deja esposa y tres novias,
y los chasquidos pasando por encima de la huella,
amontonando piedras hacia la memoria disponible,
metió la cabeza por donde sólo cabía la mano abierta y empezó a querer sentirse libre,
una respuesta hecha a medida de su anemia,
y enseguida la mano se volvió invisible,
no quiero más pero no se va,
El Wad, Clovis, Levallois,
saltos en el mismo patrón exponencial,
el único agujero en la pantalla para el arco, el nervio óptico,
y alguien escupiendo entre los dedos sangre de animal,
cuando esa sombra se hizo demasiado familiar,
quiso parar el temblor sin saber que el eco de la duda nunca deja de vibrar,
y le miro con pavor como si el cielo fuera una mancha en su paladar,
pero a veces todo pasa en un punto muy pequeño ,
hay mas información que materia,
entre 100 y 110 herzios, el eco de su voz se convirtió en bacteria,
pero a veces todo pasa en un punto muy pequeño,
hay mas información que materia,
y el dedo atravesó los coros para escribir en esa capa de polvo la contraseña