Sharif & Rafael Lechowski - La Flor y la vida
Producido por: El Titó
Letra de La Flor y la vida
[Sharif]
Si hoy el día nos bendice con un sol alto y rotundo
porque ya fuimos felices en los sótanos del mundo
Y ahora somos la sangre que nueva de su pasado
y que no olvida lo que sabe del amor y del pecado
Estoy lejos del trono, flotando en otro plano
aprendiendo a ser feliz solo con ser solo un ser humano
Parto con mi hermano el trigo arado con mis manos
sin saber aún si estar vivo es un castigo o un regalo
Pero escribo, celebro con un verso negro y denso
este instante, tan insignificante y tan inmenso
En el que cabe el universo, y los besos de su boca
igual que mil caballos que galopan
La vida es una copa de azufre y caramelo
la noche es solo un velo de azabache y terciopelo
Yo escribo de resaca, por dormir en el suelo
y contar las estrellas en los ojos de mi flaca y no en el cielo
Pues vine hasta aquí a salir ileso
yo dejo que el cuchillo llegue al hueso
Sé algo de ser libre y sé algo de ser preso
por eso cuando vuelvo a casa beso cada paso del regreso
Aquí la inocencia ya se fue
brilla la esencia pero no se ve
Y ahora solo sé que no hay un 'Plan B'
solo amor y fe, para vencer a la catástrofe
[Rafael Lechowski]
Doy gracias por el don con que la vida me bendijo
¿quieres saber quién soy? Soy mi padre y soy mi hijo
¿Que de dónde vengo? De allí a donde me dirijo
por eso voy despacio, porque el camino es infinito
La vida es una danza, la muerte, una mudanza
mi canto es una alabanza a nuestra semejanza
Pues no existe el enemigo, es mi hermano el que me ha herido
todo está unido, el tiempo futuro, el tiempo que ha huido
Envejecer, saborear el minuto
es la madurez la que le confiere el dulzor al fruto
Tampoco temo al luto,
el jarrón es frágil y se rompe pero el agua se derrama en lo absoluto
Soy un asombrado, asomado a lo sagrado
desde este balcón con vistas a todos lados
Antes todo era incierto, aún no estaba despierto
vivía en el desconcierto, ahora todo es un concierto
El silencio del domingo, el olor a limpio el canto de un mirlo,
un viejo libro, las sábanas secándose en el viento tibio
El cielo rosa y lívido,
el amor de una mujer, la sonrisa de un niño
Y un trabajo humilde que nos dé para soñar
en todos esos deseos que no se pueden comprar
Y unas flores que regar, y el asombro frente al mar
respirar, el beso de regreso a nuestro hogar
La familia, un amigo verdadero
llorar de alegría, divertirse sin dinero
El estallido del sol blanco y una flor en el barranco
hay quien dirá que es poco, a mí me parece tanto
Un instante basta para ser afortunado
ciego el que no ve el milagro en todos lados
No hay nada que buscar, no hay nada que perder
agradecer, todo nos fue dado en el nacer