Rase Tapándari - El antihéroe
Producido por: Stash House
Letra de El antihéroe
…soy el antihéroe
caminando por las calles…
¿Quién quiere la gloria?
Perdona que me oculte,
que me ponga la careta,
hoy estoy de retirada.
La noche es mediocre
y tu ausencia corroe,
aunque sea preferible;
la compañía me cansa.
Está bonita la ciudad a esta hora,
en esta época;
la echaría de menos si acabara de evitarla.
Vuelvo en metro,
observando maniquís en movimiento
y caras agolparse en las escaleras mecánicas.
Los versos se atropellas cuanto más me acerco a casa.
Tenía razón Batania:
"¿Quién quiere la gloria?".
¿Quién quiere oírse llamar poeta o rapero?
ambos me suenan a descalabro.
Nota al pie:
jamás dejé de hacer 4x4;
un sello indeleble,
el concepto me mata el gusano.
Soy un gran copiador,
como cualquier creador,
el secreto es hacer que participen todos.
En tanto he deshecho el asomo de desdicha,
un juego de críos -reconozco-,
pero es mi juego y el de muchos.
La noche sabe ya de otro modo,
el mundo entero me dolía hace un instante.
En este silencio mismo se recicla el aire
¿Quién quiere la gloria,
¿vivir de pasar hambre,
Pasar por la licuadora un texto
hasta dejarlo comestible para gente que no tiene dientes
o tiempo de emplearlos?
¿Comprendes que me da igual a lo que lleva esto?
Tal vez puedas compartir la levedad de mis hombros.
Ahora siente.
El ruido del tráfico es un bucle monótono,
entonces estalla haciendo el cristal un vibráfono.
Me importa poco mucho,
si pierdo mucho
lo poco que tengo;
que no es mío,
pero tiendo en él amor.
Volveré al balcón,
mañana sonará otra música,
el domingo quiero espacio pa´ pensar.
Tus ojos me guarecen de otras lluvias,
pero ¿acaso no es eso anecdótico en estas vidas nuestras?
Hoy no quiero escribir en plural,
déjame en paz,
estoy meciendo el ego,
se duerme y salgo ya a fumar.
He hecho de este lugar mi hogar,
una piel de cordero vistiendo un lobo apátrida.
Sería feliz volviendo de viajar periodos largos,
lo soy de hecho, aún con periplos cortos.
Mi sofá está combado por el peso de mi imaginario.
Pienso que ya es suficiente,
vuelvo a mi silencio.
La punta del bolígrafo hace un ruido hermoso.
Hay algo de mágico en verter el pensamiento,
invertir el tiempo en invertir las emociones,
ponerlas del revés y dejar que chorreen.
Escribo como quien alarga el tramo postcoital,
las cuerdas se arruman seductoras,
la sala me apapacha de pleno,
hundo el mentón y miro al suelo.
Deshago la mirada en la simetría del enlosetado,
recompongo todo en amalgamas manchadas de rojo.
Creo que he terminado:
de nuevo discierno de mi vida el engaño.
¿Sería mucho pedir que comprendieras que no ocurre nada,
que tengo este poder de antihéroe
y la responsabilidad es alejarse por instantes de la gente?
¿Recuerdas? No,
no estabas presente…
Me he encaprichado del humo,
pero hay un frío insólito que arremete,
parece que cruzara el piso buscándome.
Ya debe de ser la hora prudente…
ya regaron las plantas,
pero, tal vez, todavía se oiga en el patio la fuente.
¿Recuerdas que gorgoritos hace,
que parece depurar las piscinas de entonces?
El Mati cebó mate
me antoja agua caliente y hierbabuena.
La noche se abre a otros quehaceres.
Reconozco que buscaba la gloria,
¿quién no lo ha hecho?
escogí el mejor camino pa´ quitármela de en medio.
Así debe de sentirse el antihéroe.
Está bonita la ciudad a esta hora
en esta época
¿quién quiere la gloria?
nadie advierte mi antifaz.
El antihéroe, eh.
El antihéroe.
Soy el antihéroe.
¡Qué poder!