Stream: K1za presenta «Dosis»

Tras varios adelantos que ha ido lanzando estos meses como avanzadilla, por fin K1za libera su nuevo álbum “Dosis”. “La idea era hacer un disco introspectivo y que fuese un reflejo de una parte de mí, quería ver cuáles eran mis venenos, cada uno de los cuales es una "dosis" de mí. Para mí era muy importante que la suma de los temas fuese más que los temas por separado y por eso quise darle un hilo conductor tan marcado” explica la cantante. “La intención de "Dosis" es que a lo largo del disco cada veneno se haga más difícil de soportar, hasta llegar al n°13, que es un guiño al día de salida del disco (13 de diciembre), apostando "Todo al 13" (nombre de la última canción), que viene a significar apostando todo a mi disco y a mí misma”.

Porque nada cae al azar en el nuevo LP de la madrileña. Desde la portada del disco, compuesta por trece serpientes y un cráneo (que es una radiografía real de su propia cabeza), hasta las letras y, por supuesto, el sonido. “He buscado crear algo mucho más elaborado que todo lo anterior que había hecho. Dentro de mi sonido oscuro y característico, he buscado mayor riqueza, incluyendo diversos instrumentos y líneas melódicas”, detalla K1za sobre este trabajo en el que todas las canciones tienen algún instrumento orgánico. Y añade: “Además, me he sumergido en otros géneros que como oyente siempre había disfrutado, intentando abrazar la diversidad que caracteriza al mundo de la música. La mayoría de las guitarras y bajos del disco han sido compuestos e interpretados por mí, en un intento de ir más allá de la figura de rapero clásica, pretendiendo que "Dosis" fuera mi creación en un sentido más amplio”.

Pero si hay algo que diferencia a K1za del resto de cantantes urbanos, además de su voz desgarrada, son sus letras. Sus canciones narran historias personales, difíciles, crudas y sinceras, que no siempre tienen porqué tener un final feliz. Su rap es realista, fiel a la vida de una adolescente que superó problemas duros y hoy tiene la fortaleza de compartirlos. “Aunque nunca he escrito mi música para ayudar. La he escrito como forma de supervivencia y como vía de escape, simplemente porque lo necesitaba para salir adelante. Sé que mi música ayuda a muchas personas y eso me hace increíblemente feliz. Siempre intento escuchar a la gente que me escribe o me habla tras un concierto porque sé que mi mensaje remueve muchas cosas y me gusta estar ahí para esas personas que se han sentido identificados con una letra tan dura, pero no es el objetivo con el que he hecho nunca esto”.

Así, el rap ha acompañado a K1za en su reconstrucción y evolución como persona. Entre medias se convirtió en una de las raperas con más seguidores de España (130.000 en redes como Instagram), se licenció en medicina y ha creado un sonido propio, el objetivo de todo músico. Tiene las ideas claras, “cada vez que subo una foto besándome con mi novia pierdo mis seguidores pero no me importa, casi que mejor”, porque K1za tiene definido cuál es su camino a seguir. Lleva manteniendo la misma línea desde que lanzó su primer Ep “Rap de psiquiátrico”, y “creo que mi esencia no va a cambiar nunca. Al final los sentimientos que me llevan a escribir son los mismos, y la línea oscura, la voz desgarrada y las letras crudas siguen ahí. Creo que mi evolución ha sido sobre todo el aprender a dedicarle a cada canción el tiempo que necesita, las personas que necesita, y a nivel musical, el acompañamiento que necesita. Es la primera vez que escribo con una temática tan marcada, y sin ser un popurrí de mis emociones y creo que eso queda reflejado en el disco que ha quedado”. “Dosis” es el reflejo de todos los sentimientos que forman su persona, a los que además le ha encontrado el espacio perfecto en un sonido que nace del rap absorbiendo raíces del punk y la electrónica. Y este sonido es su marca personal, porque, tal como dice en el texto que acompaña al librillo del disco: “"Dosis" es mi confesión en 13 venenos. 13 canciones que te harán mirarte al espejo y enfrentarte a tus demonios internos. He vivido el caos y estas son las cicatrices que me dejó. Si escuchas, tal vez encuentres las tuyas. Este es el último sorbo antes del abismo. ¿Quieres tu dosis?”