Hip-Hop Nacional

VP FAQz: Máquinas (vol. III, con Surekid y Yeke Boy)

Por: gadc33329 de enero de 2018 @ 14:45

El primer productor con el que contamos para el volumen de hoy de VP FAQz es Surekid, miembro y productor del trío D·Mindz procedente de Sabadell, Barcelona, que recientemente produjo un trabajo para la formación de Nouvelmindz. Además, este año año publicó su álbum debut en solitario, el primer volumen de Natural Forces y produjo íntegramente el álbum debut de Azzel, uno de sus compañeros de grupo, titulado Atlantis. Para este 2018 está prevista la publicación de Canvas, un trabajo de Javier Laocoonte con la producción de Surekid.

El segundo es Yeke Boy, un productor de Valencia y ex-componente de L'Horta Crew. Su trabajo más destacable fue publicado este pasado 2017, se trata de M.O.M., un proyecto a medias con Erick Hervé en el que se encarga de la totalidad de ritmos y ejerce de productor del álbum. Próximamente verá la luz un tema entre ambos productores.

Máquina más preciada

Surekid: Creo que en cada momento una pieza puede ser la más preciada. Cuando conseguí mi primer sampler, la MC-909, fue lo más preciado del momento, lo mismo cuando cinco años después conseguí mi primer mixer, los primeros efectos… Trato de que cada elemento en mi setup tenga una funcionalidad determinada y es por eso por lo que se me hace difícil dar preferencias, ya que cada elemento sirve para cubrir una necesidad. Aun así, podría hablar de 3 samplers que han resultado importantes en mi trayectoria.

El primero de ellos es el rompler (sampler + synth) Roland MC-909, una máquina sólida, robusta, con una enorme pantalla para la época, un sonido duro y muy interesante. Destacaba su secuenciación y el carácter que le podías dar a los samples aunque su gestión interna no era de lo mejor que te podías encontrar. Con este rompler de Roland produje al completo el último álbum de D·Mindz, Pirámide.

Otro sampler importante, que fue pieza central en mi set durante mucho tiempo, fue la mítica Roland SP-404SX, con la que produje parte del GT Turbo (Magg7), Atlantis (Azzel) y todo el Natural Forces vol.1 (Surekid) al completo. Se ha escrito mucho sobre ella, así que poco puedo aportar, es una máquina alucinante en el momento en que entras en su dinámica, pero ciertamente tienes que ser tú quien entre en su juego, no al revés, y es por eso que a muchos productores la detestan. Ideal para directos, portable, ágil para trabajar con ella, con algunas carencias en secuenciación y sonido pero muy combativa. Lamentablemente la vendí, no sin antes hacer la promesa de que no me quedaría sin una SP series en mi colección (promesa que cumplí, por cierto).

Finalmente, mi actual joya de la corona, la Yamaha SU700, es el corazón, a nivel de sonido, de toda mi infraestructura. Las diversas opciones de almacenaje a diferentes calidades me permiten exprimir un poco más el espacio de cada floppys, sus efectos y su sonido acaban de hacerla redonda. El concepto floppy, aunque bastante odiado por algunos, me parece ideal. Trabajo bajo una norma autoimpuesta: “un beat, un floppy”, eso obliga a agudizar el ingenio, a pensar antes de hacer, a tener las cosas claras y a cortar con la precisión de un bisturí y es una dinámica que me encanta. Me gusta haber de sacrificar calidad de sonido para ganar espacio de almacenaje, es el rollo porque el floppy es un bien preciado (y más hoy en día).

Yeke Boy: El cacharro (como a mí me gusta llamar a las máquinas) con el que más he trabajado ha sido la Akai MPC Renaissance. Aunque el término MPC nos haga pensar en aspectos relacionados con la autonomía propia de las máquinas bautizadas con estas siglas, se trata de una controladora que para trabajar necesita de un software denominado precisamente MPC software, es decir, básicamente se trata de un controlador MIDI. Tanto este modelo como la versión más reducida llamada MPC Studio o la versión con pantalla táctil MPC Touch utilizan el mismo sistema y software para funcionar.

El porqué de la elección de esta máquina fue la curiosidad por acercarme al mundillo MPC. Yo venía produciendo desde siempre en software (Cubase) importando archivos de audio y usando plugins (VST), cosa que comenzaba a parecerme monótona y tediosa, sin embargo, debido a las influencias en el trabajo de otros productores emblemáticos, siempre había mirado de reojo a los sistemas autónomos con cierto recelo y admiración. En aquel momento quizá pensé (erróneamente) que esos sistemas eran demasiado lentos y costosos en comparación a la inmediatez que ofrecía un soft, con lo cual me pareció una buena opción salir de la rutina y acercarme a este nuevo sistema híbrido (por llamarlo de alguna manera). Con esto último me refiero a la velocidad que ofrece un soft a través del método y terminología del mundo Akai.


Máquinas actuales más usadas

Surekid: Yo estructuro mis procesos en flujos de trabajo, de manera que voy pasando el sonido por diferentes cacharros hasta conseguir lo que estoy buscando, por eso todas mis máquinas son utilizadas casi a partes iguales. Siempre empiezo con la Akai S20 como receptora inicial, me va bien, por las entradas RCA, por la RAM, porque es muy limpia haciendo el tunning y porque si quiero puedo empezar con un sonido o bien nítido o bien muy muy sucio. A partir de ahí derivo a TX16W, Prophet 2000 o SU700 directamente, todo en función de lo que quiera conseguir y de lo que esté sampleando en ese momento (melodías, harmónicos, baterías, bajos…).

Sea como sea todo acaba en la SU700, donde acabo de ajustar, cortar, asigno salidas individuales y empiezo a mezclar en la mesa cada una de las pistas. Suelo empezar por la batería de manera que intento dejar finos bombos, cajas, charles, etc y a continuación empiezo a secuenciar en MPC1000. A partir de ahí el beat y la vibración mandan.
Con la Yamaha SU700, combeada con el resto del equipo, he producido el reciente EP de Nouvelmindz, la unión de D·Mindz (Magg, Dj Chusbu y Surekid en este caso) con nuestros colegas madrileños Ergo Pro (MG Knowledge) y Zazo Canvas (Nouvelart). También la he utilizado para producir varios singles, colaboraciones y proyectos para terceros que pronto verán la luz (o eso espero).

Yeke Boy: Actualmente me he dejado embaucar por completo por el mundo del sampler y secuenciador autónomos, hasta el punto de no querer si quiera abrir un PC ni un software (únicamente para digitalizar lo que hago). La armada con la que cuento en la actualidad está compuesta de:

- Akai S950 (Sampler destacable por su filtro lowpass y trabajo en keygroups, resultados a baja tasa de muestreo o diferentes tonos.)
- E-mu SP-1200 (Secuenciador y sampler del que uso el multipitch, multilevel o ese “crounch” tan preciado que ofrece al bajar o subir tonos.)
- Akai MPC 60 (Secuenciador y sampler del que destacaría secuenciación, truncado, resultados a diferentes tonos y swing.)
- Akai MPC 4000 (Secuenciador y sampler que me aporta la secuenciación actual, swing y las múltiples opciones.)
- Ensoniq EPS (Secuenciador, sampler y sintetizador del que le saco partido en la secuenciación y resultados a baja tasa de muestreo o diferentes tonos.)
- Roland S-330 (Sampler, aún está a la espera de puesta a punto.)

A estas maravillas las llamo familiarmente “mis niñas”. En cuanto a las que más utilizo para trabajar, serían por partes iguales la Akai MPC 4000, el Akai S950 y la E-mu SP-1200, sin embargo suelo añadir la MPC 60 al workflow para tener más autonomía y opciones a mi alcance.

Utilizo la MPC 4000 como secuenciador maestro y el resto mayormente como samplers esclavos, sin embargo ocasionalmente utilizo MPC 60 para secuenciar y crear ya que el sistema del que dispone (actualizado con el OS de MPC 3000) me parece de lo más divertido y creativo. Con mi workflow principal, que es usando la 4000 como maestro, dispongo de una secuenciación con amplias opciones actuales junto a al sonido vintage que me ofrecen las máquinas antiguas.

En cuanto a los trabajos donde he usado máquinas, sobre todo exploté la MPC Renaissance en uno de los mejores álbumes que he sacado como productor junto al artista Erick Hervé, MOM. Además, en algunos de los temas usé varios sonidos y samples de drums lanzados desde una máquina que por desgracia tuve que vender, que no es otra que la Roland SP-404.

Concretando, he llegado a la conclusión de que esta me parece la forma más correcta de aprovechar todo el equipo del que dispongo y, además, me he dado cuenta de todo el potencial que me ofrecen máquinas tales como S950 (y su magnífico y especial filtro) o sobretodo, el crounchy de SP-1200. Si tuviera que quedarme con una de ellas sería imposible para mí ya que hay dos de mis “niñas” las cuales creo como imprescindibles, que son tanto Akai S950 como E-mu SP-1200.

Máquina de ensueño

Surekid: No es muy de mi rollo el idolatrar equipo, todo tiene sus ventajas y a la vez sus carencias, digamos que una máquina de ensueño puede existir ya o la podemos imaginar. Máquinas que existan ya y que quiera hay muchas, tampoco sabría decirte si son de ensueño o no. El concepto SP-1200 me parece bastante redondo, un sonido crudo y con un generoso tiempo de sampleo, pero de ahí deberían colgar más cosas como una buena secuenciación y un buen módulo de efectos (externo o no).

El precio también es un factor importante, al final comprar equipo no deja de ser una inversión que después tienes que poder rentabilizar, lo cual no significa que después tengas que ganar dinero con ella, me explico: imaginemos que te agencias una máquina como la SP-1200, 4.000 pavazos, yo estaría dispuesto a pagarlo si supiera que ese equipo puede aportarme exactamente lo que busco y, también, si voy a tener el tiempo necesario para aprender a usarlo y aprender a exprimir su sonido. No hace falta que me hinche a vender beats para recuperar esos 4.000 (tampoco va conmigo) pero si necesito saber que esa inversión que hago podré sacarle un provecho en corto/medio plazo porque es exactamente lo que busco o porque creo que va a aportar a mi set. Una inversión del calibre de la SP-1200 debería convertirla, lógicamente, en la cabeza y madre de mi setup, así que la pregunta es: ¿estaría dispuesto? ¿voy a sacarle partido? Todas esas cuestiones me las planteo antes de agenciarme más maquinaria.

El tema del espacio (me cabe o no), el tema de la facilidad de reventa por si no me interesa el equipo, la proximidad del vendedor, la cantidad de equipo que ya tengo (¿va a anular algún componente mi nueva adquisición? de ser así, ¿podré darle salida?). Soy bastante rallado en lo que adquirir hardware se refiere, lo pienso mucho y lo valoro mucho, es por eso por lo que a veces me sorprenden esos beatmakers que no paran de adquirir equipo impulsivamente.

Si volvemos a lo de la máquina de ensueño y estamos dispuestos a eso, a soñar, podemos imaginar una máquina de tiempo de sampleo infinito donde cambias los modos de grabación emulando a la perfección los clásicos previos de SP-1200, Akai MPC60, S950 o similar, con una secuenciación al estilo MPC actual (1000 o superior), con efectos de la leche, etc. sería guay, pero posiblemente perdiera la gracia. Las limitaciones de las máquinas clásicas forman parte de su encanto, cargarnos eso, pese a lo tedioso que puede ser a veces o lo nervioso que nos podemos poner mientras producimos, perdería su esencia. Me gusta más ser realista, conocer mis limitaciones, técnicas y económicas, y las de mi equipo. A partir de ahí tratar de superarlas, que creo que es cómo debería ser el juego.

Yeke Boy: Por suerte, puedo decir que las máquinas de ensueño las cuales seguía desde hace tiempo y soñaba con algún día poder si quiera pulsar uno de sus pads o knobs las he acabado consiguiendo gracias a trabajo duro o casualidades de la vida. Sobre todo diría que me siento afortunado de poseer en la actualidad monstruos tales como E-mu SP-1200 o MPC 60. Sin embargo, si hay algo que sueño con poder conseguir o poder simplemente trabajar en un proyecto algún día no es ni un sampler ni un secuenciador ni un sintetizador, se trata de un piano eléctrico, que no es otro que el Fender Rhodes.

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