Santiuve - Nieves en el Maigmó en verano
Letra de Nieves en el Maigmó en verano
Enamorarme no alimenta el alma, me hace mala sangre,
la calma cabalga a lomos de la satisfacción de la carne,
superficial, famélico superhéroe,
oculto bajo piel humana aunque yo también lloro ¡eh!
veo mucha gente abajo, pero ¿quién me ve a mí?
¿quién? no me fío así no coge frío la fe,
pero ¿por qué nadie la cree?
crezco pero no me parezco al hombre que prefieras ver,
que si, que sí, que lo sé,
féminas son felinas no como las esbocé,
gocé lo que se puso por delante,
el amor es un sedante perfecto, aislante,
nada, nada por lo que brindar, sin dar de mí,
pintar mi cielo de lo que lo suelo pintar,
que no me acuerdo, pero no me pises,
no quiero más balas que tiñan a escalas de grises,
curado de espanto, pero el encanto es algo que
sabe elaborar y me volvió a enamorar,
amor que hace más débil ente,
hará más evidente la mella que deja el diente de la soledad,
la simiente de nuevas oleadas
de lágrimas saladas a la mar de mi desánimo,
que no escatimo hacer que desaparezca,
que la muerte se acerca con la mano detrás,
¿mi destino? adolescente fraile,
ciego para el amor pero leo labios en braille,
en el interminable baile de la existencia,
caigo por inercia de castillos de un solo naipe,
década y mitad y sigo siendo el mismo idiota,
capaz de meter la pata sin llegar a abrir la boca,
y ya no tiro dados a dos manos, no me toca,
aposté por caros objetivos a los que devota esperanza la mía,
¿puedo llamarte amiga?
golpes sales de esta cabezota amiga,
curvas y cruces, sombras y luces, poesía,
pero es mística la inhóspita fuerza con que seduces,
en efecto, aun así me quejo,
que no soportaría eterno afecto sin brindar por ello un beso
de complicidad, pero que vas a pensar ahora de este obseso,
loco hecho a la ciudad y por ello quizá en exceso; peso de más,
echo de menos el no envejecer y volver a Nunca Jamás,
mi estado mental natural, documental del alma,
ojea mi cuaderno azul, entre nubes el alba,
que abra su pecho que ya tarda, que ilumine,
y otro fondo en la colección de amaneceres de cine,
que conservo encuadernados por si caigo depresivo,
que por algo escribo, aunque sepa amargo, pero sigo,
y no me comen la cabeza, no más que yo,
no me tragan y por eso halagan al bufón,
paso de verdad, lo conozco demasiado cerca,
lo que puedan pensar importa una mierda.
Le di la vuelta y te deje con la nariz en la puerta,
volví a nacer pero esta vez alerta,
la profecía prometía estar contigo pero no era cierta,
acepté el desorden de mi selva, la que al corazón alberga,
sano por amor al verla, intuyo,
a la izquierda como el tuyo, en dos mitades como tú y yo,
y yo que no huyo, pasto de malicias del murmullo,
caricias cuyo propietario dista de tener algo que ver conmigo,
castigo divino quizá de mi orgullo,
y no sé que será peor, mi angustia se demora,
y tampoco me apetece abandonar ahora,
pastora de mis églogas, de amor que va por épocas,
evocas anécdotas,
mi nombre de boca en boca a bocas déspotas,
y estuve ahí, si existe solo Dios sabe lo que yo sufrí,
aunque la mente mienta,
aunque lamente mientras entras en las memorias,
son historias de mis dramas y parodias
que no se olvidar, Negrita que ni tú me orientas…
En parte preso de nostalgia,
esa magia que se contagia como el bostezo,
enamorado, y cargo con el peso
de no ser capaz de caminar por si tropiezo,
estoy loco… lo confieso,
el paso del tiempo no cesó y salimos ilesos,
enamorado, y cargo con el peso,
de no ser capaz de darte nunca un puto beso
Y al final te lo di, que lo sepas …