Santiuve & Elhombreviento - Gente que no existe
Producido por: El Hombre Viento
Letra de Gente que no existe
Íntimo, cotidiano y deleznable.
Los códigos, las palmaditas en el culo,
la mentira idéntica a las ganas de escaparse,
las ganas de escaparse.
Íntimo, cotidiano y deleznable.
Los códigos, las palmaditas en el culo,
la mentira idéntica a las ganas de escaparse,
las ganas de escaparse.
Todo fue una fórmula, fornicio y fábula,
ella era una perra, yo parásito y farándula.
Deambulando, la boca seca, ojos en gran angular…
Me enamoré de una mentira que se enamoró de mí,
y ahora será por ende mentira todo lo que diga.
A día de hoy, carne, vísceras y hueso a los que llamo amiga,
nada quiero, nada espero, nada se me olvida.
Carne, vísceras y huesos que oyen versos,
se identifica en algunos, otros los maldice.
Cuántos espermatozoides en los arrecifes,
soy un sentimentaloide, me pierdo en los matices.
Sé que, si la miro o si la toco es una foto,
cuando me dejaba a medias ya pensaba en otro.
Casi tutor legal, amante nefasto y devoto,
llegué a sentirme miserable por tener escroto.
Salí a buscarme el pan y me hice la merienda,
muriendo sin decir ni mu ni mierdas.
Amarla fue como eyacular en un Rembrandt,
ya tuve diecinueve, ya han pasado quinientas.
Me puse guapo y apreté la agenda,
muñeco de trapo de crías de treinta.
Príncipe sapo de locas del coño en busca de estabilidad,
y yo tengo madera de yenga.
Todo son muebles viejos.
piel seca que se cayó,
Paradoja de lo inmarcesible,
cálculos erráticos de Dios.
Nada queda, no es que estemos lejos
de la intención de los dos.
Ni yo cumpliré mi promesa,
ni tú te hartarás de mi voz.
Me acabó enojando el chiste,
mojando con desdén, llorando a gente que no existe.
Haciéndome invencible en la semilla gris que insiste
en hacerse vulnerable y flor, y al fin abrirse.
Limpiándome la mugre que se queda entre las uñas y la carne
de rascar con los deditos cuando nadie venía a buscarme.
Tengo que soltar lastre, ya son las tres,
cancela tu melindre, más vale nunca que tarde.
Todo son muebles viejos.
piel seca que se cayó,
Paradoja de lo inmarcesible,
cálculos erráticos de Dios.
Nada queda, no es que estemos lejos
de la intención de los dos.
Ni yo cumpliré mi promesa,
ni tú te hartarás de mi voz.
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