Roy Mercurio - Los Latidos De Un Agonizante

Producido por: Cena

Letra de Los Latidos De Un Agonizante

Estos son los latidos de un agonizante, cierra los ojos y escucha, busca una vida confinada en reloj sin cuerda, una vida en la que nadie te observa

Este cuerdo se expresa en jerga y con las manos,
el sordo nos llama locos a los que bailamos.
Así olvidamos el ayer y despertamos,
cortando el recuerdo umbilical y volver a nacer.
Lo mío fue crecer entre rosas y espinas
por no torcer mi camino hacia violencia y lágrimas.
Abstinencia del Demonio por el que te culpas,
si no el respeto se te escapa entre disculpas.
Por no hacer daño me perdí entre movimientos torpes,
pero mi viejo se dedicó a educarme a golpes.
Así el espejo sólo me reconoce fuerte,
confía en que cada día mi autoestima me despierte.
Se equivoca, transporto pesimismo en la sangre
por costumbre, a mi Dios no se le invoca.
Una mirada atrás acusa, desemboca en nostalgia.
La magia, polvo en los ojos como excusa.
Si pesa cada año, sueño nos pasa factura.
El que coge altura antes debió aprender a aterrizar.
Porque no hay cura, el veneno en la autoestima
y tus proyectos acaban entre figuritas de bazar, lastima
El azar retira las tiritas,
amargas margaritas de un te quiero, y no te va a tocar.

Este es el latido de un corazón humano,
quédese muy quieto y escuche.
Estos son los latidos de un agonizante,
quédese muy quieto y escuche.

El negocio está en el tiempo y lo además es hiedra,
es fiebre. Es una vida o muerte como en Cobra.
Exijo un curro fijo y salir de la mugre.
Maldito pijo, hijo puta que aún chupa de la ubre y no se integra
con los chicos de barrio de servicio y obra,
nos falta y no hay un techo que cubra.
Mi escolta es mi respeto, mi orgullo es mi amuleto
en busca de la tranquilidad de un sueldo neto.
Ya no vuelvo a casa, si todo sigue igual
aquel chaval, la educación de sal ahogado en arena.
Fui tu problema padre, fui tu dolor madre.
Nos queda un lazo que con la distancia no se pudre.
Nos cubre de mierda el entorno, por eso no me conformo
y me he vuelto un enfermo.
Un lápiz roto que no dibuja una línea recta,
no quise entrar en su secta con el rabo entre las piernas.
No duermas, se va tu sueño y no lo alcanzas.
Me alimento de venganzas y reboto entre peonzas.
¿Antídoto? Si soy mi propia fobia, mi lluvia.
Sólo me acerco a quien me odia, soy un terco
que nació al otro lado del charco.
Afirman que un naufragio es el destino de mi barco.
Abarco todo lo que puedo para no sentirme inútil.
No consigo lo que quiero, yo me considero débil.

Este es el latido de un corazón humano,
quédese muy quieto y escuche.
Estos son los latidos de un agonizante,
quédese muy quieto y escuche.
Qué ocurre después?

(Scratches)