Fernando Márquez - Historias de violencia

Producido por: M. Padrón

Letra de Historias de violencia

Era una noche de verano a las seis de la mañana
Eva dobló una esquina hasta llegar hacia su casa,
borracha y cansada algo la sorprendió,
un aliento en la nuca que a su oído intimidó.
de pronto y en la soledad de la noche
aquel hombre apretó su débil cuerpo contra sí
y sin opción, Eva asustada gritó
pero en aquel barrio tranquilo ningún oído la escuchó.
haciendo uso de su fuerza aquel depravado
abuso repetidamente de ella en la calle,
no pasaba nadie así que nada le importaba
la pegó y la pegó hasta que casi la mata.
su cuerpo en el suelo y al lado un charco de sangre
que hacían poco a poco bajar a sus constantes,
aquel cerdo, en la calle la dejó
y así es como sin más se cometió una violación.

[Estribillo] (x2)
Historias de violencia.
actos y consecuencias.
historias de violencia,
víctimas y verdugos esperando penitencia.

Al día siguiente todo eran voces y dudas,
todo especulaciones pero claridad ninguna.
su madre y su hermano en el hospital al verla
fueron ingresados de un ataque de ansiedad, mas,
pasado el tiempo ella evolucionó
con cariño y psiquiatría escapó de aquel dolor
exaltado por la decisión de un puto juez,
aquella rata cumplió sólo un año y un mes.
por falta de pruebas decían no se pudo
internarlo en la cárcel hasta que se pudriese,
juicio a juicio todo era más borroso
pero en sueños Eva seguía viendo aquel rostro.
loco de rabia su hermano sólo repetía;
“yo te juro que a ese cerdo le quito la vida”.
así de duro es todo y así lo perpetraba
así es como en su casa meditaba una venganza.

[Estribillo] (x2)
Historias de violencia.
actos y consecuencias.
historias de violencia,
víctimas y verdugos esperando penitencia.

Desde luego no apareció
por aquel barrio no volvió ese puto violador
más también las ratas, salen a pasear,
fue visto en la capital de otra comunidad.
pasado todo el trance el hermano de Eva al enterarse
cogió su coche y tardo poco en desplazarse,
tras pocos días moviéndose por allí
averiguó donde vivía y no dudo en ir.
cuando aquel abrió la puerta y lo vio de frente
sus puños eran huracanes contra esa sucia cara
sin caer en la cuenta de que eso era un delito
con un palo de béisbol le dio el golpe de castigo.
y allí estaba, mirando el cuerpo,
sintió una gran satisfacción por haber hecho eso.
sin comerlo ni beberlo también acabó consigo
pues justificadamente, se convirtió en un asesino.

[Estribillo] (x2)
Historias de violencia.
actos y consecuencias.
historias de violencia,
víctimas y verdugos esperando penitencia.