Fuck Tha Posse

Fuck Tha Posse. Acaso me creeriais si escribiese, no todo, sino algo de lo que ha vivido? Aun así me arriesgare. Comenzaban a despuntar las primeras canas, del primer otoño, del último 1996 que Zaragoza se empeñó en regalarnos, cuando se podría decir que Fuck Tha Posse en cuerpo, tropezó por casualidad con su nombre y se fundieron en espiritu; y digo esto, porque años antes de que la suerte se encaprichase en definirnos, la misma gente (gracias a Dios o al Diablo que no toda), que a dia de hoy envejece conmigo, a dia de ayer crecia conmigo, y asi casi que desde que tengo memoria. Lo de escribir ya venía de antes. Recuérdonos muy niños, cuando ya empezabamos a garabatear folios escribiendo con palabras ajenas versos propios, o rimando versos ajenos con palabras propias, a estas alturas me traiciona la memoria; sea como fuere, la semilla ya estaba ahí, plantanda por las musas que se inspiran en la vida. Como una semilla que era, no tardó en crecer; entre tormentas y agujeros, entre bordillos y aceras, entre máquinas sin dinero, entre realidades y quimeras, entre juventud e inocencia, entre porros y apuestas, entre Cádiz e Independencia, junto al callejón de sus muertas. Así íbamos creciendo, rulando, aprendiendo, coqueteando con el respeto. Todo iba bien. Pero un dia ocurrió, nadie sabe porque, pero ocurrió. Así fue que mi FuckTha perdió la fe en esa creciente mayoría que se definía así misma como única, siendo ya una plaga; que se definía como diferente, siendo ya todos iguales. Así fue que mi FuckTha dejó de creer en fanatismos y vanalidades, en ficticias realidades, en versos frágiles cual cristales, y se refugió en su círculo, escribiendo por dolor cada capítulo de este circo de lo ridículo.